Segundo Pilar del Matrimonio

22 septiembre, 2022

Segundo Pilar del Matrimonio: El Amor 

Estas listo? ¿Te has dado la oportunidad para saber si tú cumples los requisitos para ser un buen esposo o esposa? 

Con frecuencia las personas piensan en cómo les gustaría que fuera su pareja; en los requisitos que debe tener un verdadero esposo o esposa. Pero, ¿te has dado la oportunidad de saber si tú cumples con esos requisitos? ¿Sientes que has ya solucionado tus conflictos emotivos y que tu corazón está entonces listo, no para buscar quién te los resuelva sino para compartir lo que eres? ¿te amas lo suficiente como para entregarte y amar sin expectativas egoístas ni complejos? ¿qué tipo de pareja crees que serías?

Todas estas son preguntas que posiblemente te lleven a buscar ayuda profesional. Por nuestra parte queremos ayudarte en tu proceso de discernimiento y auto descubrimiento de tus aptitudes para formar pareja y de los sentimientos y el tipo de relación que has construido hasta este momento, para saber si tu y tu pareja ya están listos. Por eso te invitamos a considerar los siguientes puntos:

Cómo sé si el matrimonio es para mí? 

Estar abiertos a los cambios y lo suficientemente flexibles como para ceder cuando no valga la pena aferrarse a los propios puntos de vista o gustos, es vital.

El que te sientas muy enamorado y que creas que ya encontraste a la persona de tus sueños no significa que todo está listo. Falta una parte muy importante para considerar: tus propias habilidades y destrezas para convertirte en esposo o esposa.

Es decir, aunque todos nacimos para el amor, no siempre estamos listos para darlo y recibirlo. Esto es particularmente cierto cuando se trata del amor matrimonial pues lo característico de este amor es que renunciamos a pensar y actuar como individuos solos o solteros para decidirnos por construir un “nosotros”, es decir, una comunión de vida o comunidad.

Dicha comunidad la comenzamos con la decisión y promesa de entregarnos totalmente. Pero es en el diario vivir donde esta entrega se pone en práctica y se convierte en la base de la cual nacen la armonía, la comprensión y la unidad que constituyen la comunión de vida matrimonial.

Si este es tu concepto y el tipo de amor al cual aspiras, vas por buen camino. Pero de todos modos es bueno que analices si ya estás igualmente entrenado y listo para ponerlo en práctica.

Con ese objetivo te proponemos que te hagas las siguientes preguntas: 

1. ¿Eres una persona feliz que sabe que la felicidad no depende de nada ni nadie fuera de ti, sino de tu decisión por ver la vida con positivismo y gratitud?

2. ¿Estás conforme con lo que haces pues das siempre lo mejor de ti, o eres por el contrario un conformista o una persona que te juzgas con severidad a ti mismo?

3. Sabes expresar tu disgusto y tu rabia sin ofender a los demás?

4. Sabes pedir perdón cuando cometes errores y sabes perdonar cuando te ofenden?

5. ¿Te sientes capaz de cambiar o sacrificar tu decisión de salir de parranda con tus amigos por incluir siempre a tu pareja en tus planes de diversión?

6. Estoy listo(a) para crear y gozar del tiempo que se comparte en pareja y en familia?

7. ¿Puedo enumerar al menos cinco sacrificios que estoy dispuesto (a) a hacer cuando esté casado (a)?

8. Crees que el hecho de ser mayor te ha dado ya la suficiente madurez para saber llevar un matrimonio? Ó, si eres joven, ¿sabes si tu edad no te permite tener la madurez que se debiera?

9. Crees que el matrimonio será la solución a muchos de tus problemas? 10. ¿Estás seguro(a) de estar enamorado(a) de tu pareja y de nadie más? 11. ¿Te vas a casar únicamente porque ya hay un embarazo de por medio? 12. ¿Estás seguro(a) que al casarte no tratas de huir de los problemas que tienes en tu casa? 13. ¿La razón por la que te casas es porque tu pareja te comprende?

14. ¿Has decidido casarte porque sientes que estás ya muy mayor para seguir soltero(a)?

Si tus respuestas dieron como resultado que lo que te mueve a casarte es sólo el amor y el deseo de dar lo mejor de ti por el bien de la otra persona, aunque esto implique sacrificios, entonces es que estás ya bastante preparado(a) para el matrimonio.

¿Cómo sé si lo que siento es verdadero amor? 

Es muy fácil confundir el amor con los sentimientos de agrado y fascinación que una persona nos despierta, y terminar así haciendo promesas y entregas de amor cuando aun no estamos listos.

Afortunadamente varias ciencias modernas como la psicología y hasta la bio-química han salido hoy al paso de los enamorados para ayudarles a clarificar sus sentimientos. Con base en esos datos podemos por eso decir, desde ya, que el amor a primera vista no existe.

Toda relación de pareja, por tratarse del encuentro entre dos personas, pasa por distintas etapas hasta llegar, algunas veces, hasta el amor verdadero.

Identificar en qué etapa de la relación vas con tu pareja te ayudará a saber también qué tipo de opción les conviene más, y cómo pueden orientar su relación hacia la conquista del amor verdadero

Las etapas del amor: 

La relación de pareja pasa por distintas etapas que se pueden identificar como el enamoramiento o atracción; la etapa romántica o del “Te quiero” y finalmente, “El amor”

Etapa del Enamoramiento: 

Es la etapa rosa y apasionante en que una pareja se siente fuertemente atraída y fascinada por otra la otra persona. Estas sensaciones son tan fuertes y placenteras que muchas parejas creen que este es el amor.

Sin embargo, la atracción que une a los enamorados no es más que el efecto de unas sustancias llamadas feromonas que, además de alterar nuestros sentidos y hacernos sentir gran goce y pasión ante el más mínimo contacto con la otra persona, nos hace creer que con nadie podríamos ser tan felices.

Es decir, el agrado físico es tan fuerte que la mente también queda como enceguecida o fascinada. Por eso los enamorados no ven los defectos de su pareja e incluso dudan que pueda tenerlos. Todo parece perfecto

A esta falta de objetividad se suma el hecho que, los enamorados, si no mienten sobre ellos mismos, por lo menos esconden sus errores y exageran sus virtudes pues desean conquistar a todo precio la persona que les proporciona tan gratas sensaciones.

En conclusión, el enamoramiento es una fase donde prima el placer pero donde se carece de realismo pues no sabemos aún cómo es realmente la otra persona. De hecho, durante el enamoramiento, lo que amamos del otro no es lo que él o ella es, sino lo que sus caricias, detalles y compañía me producen cuando me toca, me habla o me invita

Estas sensaciones son además pasajeras pues el efecto de las feromonas dura máximo 3 años. Si durante este tiempo la pareja no se ha dado la oportunidad de dialogar mucho y esforzarse por conocer la realidad del otro, en vez de quedarse engolosinada en encuentros llenos de caricias pero con poco contenido, la relación se acaba. Si además se tienen relaciones sexuales durante esta etapa, el efecto enceguecedor de las feromonas se duplicará creando una sensación ficticia de intimidad

El enamoramiento no es la etapa para la entrega que supone la vida sexual y matrimonial. Aún no conozco a la otra persona como para saber si estaría ya dispuesto (a) a entregarle las llaves de mi casa o la clave secreta de mi cuenta bancaria. Y si eso es así, entonces es signo de que aún no estamos listos para una entrega total como la que supone la sexualidad o el matrimonio.

Etapa Romántica o del “Te-Quiero” 

La etapa romántica, la pareja empieza a compartir más y por tanto a conocerse mejor. Al ir entrando en el mundo de la otra persona, de sus gustos, de sus ideas, de sus características, de sus habilidades, etc., empiezan a aparecer las cosas que realmente nos atraen de la persona, y no sólo su físico o sus atractivos. Se empieza a disfrutar de lo que la persona es, y no únicamente de lo que esa persona causa en mí.

Junto a la pasión de las feromonas, en la etapa romántica aparece la ternura. Esta busca llegar a lo profundo de la otra persona para halagarla o hacerla sentir bien

Con todo, la etapa romántica no es todavía el amor verdadero. Luego de conocernos, de compartir gustos e ideales, de querer estar mas tiempo juntos y de darnos cuenta que no podemos vivir el uno sin el otro, haremos la decisión de vivir juntos para toda la vida y estaremos listos para recibir el Sacramento del Matrimonio, y comenzar una nueva etapa.

El Amor Verdadero 

El amor no es el arrebato ciego y apasionado de los enamorados. Tampoco es la idealización rosa de los románticos. El amor es la unión estrecha, la confianza profunda y el deseo de buscar en todo el bien de la otra persona. Este sentimiento surge cuando se conoce a la pareja y se es feliz con lo que se sabe de ella. Entonces nace el impulso confiado de dar todo de sí y de recibir todo lo que el otro es, para formar un “nosotros.

En otras palabras, en el amor la confianza y la generosidad son los elementos claves y se relacionan mutuamente: porque confiamos, deseamos entregar generosamente toda nuestra vida. Pero no se puede llegar a la confianza sin el conocimiento mutuo. Llegar al amor verdadero supone tiempo y dedicación, el amor crece dia a dia y debemos alimentarlo para que crezca y se fortalezca a través del tiempo, por lo tanto llegar al amor verdadero debe ser nuestra meta como matrimonio.

Elementos del Amor. 

Por eso podemos decir que el amor se compone de cuatro elementos:

1. Conocimiento, 2. aceptación, 3. confianza, y 4. deseo de entrega.

Conocimiento: Conocerse significa al menos que:

a. Sé de dónde vienes y a dónde vas

b. Sé cómo reaccionas cansado, con rabia, bajo estrés, cuando estás contento.

c. Sé gran parte de tus defectos y cualidades.

d. Sé tus valores y los comparto.

e. Aunque no eres perfecto (a) asi te quiero.

Aceptación

f. Me satisface y admiro lo que eres.

g. Me gusta tu físico y tu manera de ser

h. Entre todas las personas que pueden gustarme, te escojo a ti.

i. No espero que cambies para amarte.

a. Te quiero y te acepto como eres. (con tus defectos y virtudes)

b.

Confianza: 

k. Sé que en ningún momento quieres hacerme daño

l. Puedo confiarte mi salud, mi dinero, mi futuro porque sé que deseas cuidar de mi

Deseo de entrega: 

m. Verte feliz me satisface.

n. Conozco tus aspiraciones y estoy dispuesto (a) a apoyarlas.

o. Ofrezco todo de mi para que buscar tu bien tanto material, sexual como emocional.

p. Estoy dispuesto (a) invertir todas mis energías en acompañarte, entenderte y servirte, aún cuando me implique renuncia y sacrificio

DEFINICION DEL AMOR

Para quien es creyente es claro que no hay mejor definición de amor que la que Jesús nos dio: “No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos” (Juan 15,13). Así, el amor deja de ser sólo un sentimiento y se convierte en la permanente acción de auto-donación o entrega por el bien del otro.

En una pareja no siempre los dos llegan juntos, o al mismo tiempo a desarrollar este tipo de amor. Si después de un periodo uno de los dos, o los dos, no avanzan hasta alcanzar este amor de entrega es porque no están listos para ser un matrimonio

El amor debe ser alimentado permanentemente. Por eso, el hecho de que una pareja se case amándose, no implica que ya tiene su felicidad garantizada. Cada cual debe esforzarse por cuidar y avanzar en la entrega, la confianza, el mutuo conocimiento y la aceptación del otro.

El Amor Cristiano 

“Para descubrir el verdadero amor debemos ir a la fuente del Amor que es Dios mismo” – Juan Pablo Segundo 

Las parejas que deciden unir sus vidas en el matrimonio seguramente se aman. ¿Pero qué es realmente el amor? Juan Pablo segundo en su “Teología del Cuerpo” dice que para descubrir el verdadero amor debemos ir a la fuente del Amor que es Dios mismo. Conocemos que el amor de Dios es libremente dado y recibido. Que el amor de Dios es fructífero; es decir siempre dador de vida. El amor de Dios es siempre fiel y total.

Si tomamos en cuenta estos cuatro aspectos del amor de Dios y los aplicamos al matrimonio, podemos reflexionar en algunas de las características necesarias para tener un matrimonio en el que la pareja se convierta en compañeros para toda la vida.

El amor se da y se recibe libremente 

Aunque posiblemente cada pareja llega al amor por vías distintas, una vez que se enamora, cada uno hace una decisión libre de amar y entregarse a su pareja. De esta forma se hacen vulnerables ante la persona amada. Esto quiere decir que esta persona le va a conocer como ninguna otra. Nadie mejor que la pareja va a saber lo que le hace feliz, o lo que puede causarle sufrimientos. Y una vez nos damos a conocer lo que se espera es que seamos aceptados tal cual somos. Es decir, la entrega de amor es un regalo que debe ser recibido y custodiado con

respeto

El amor siempre requiere de una respuesta también libre y adecuada. A medida que se va descubriendo cómo es la otra persona se debe así mismo ir aceptando y recibiendo lo que el otro es. Las parejas que se toman el tiempo para conocerse y respetan amorosamente sus diferencias, pueden llegar a compenetrarse de tal manera que ya no son dos, sino uno

Respetar a una persona es aceptarla como es, y recibir lo que me ofrece sin intentar cambiarla; y sobre todo, sin tratar de manipularla a que haga las cosas como quiero que las haga. Se debe, eso si, contar con el hecho que el otro hará todo lo posible por satisfacerme, pero no puedo exigirle que haga lo que no puede o va contra su manera de ser.

El amor siempre desea el bien del otro, por eso lo ideal es que las parejas que se aman y se respetan se pregunten: ¿Qué puedo hacer para el bien de mi pareja?¿Cómo puedo corresponder al amor que recibo? De esa manera el amor partirá de la decisión libre y generosa de cada cual, sin imposiciones.

El amor es fructífero 

Cuando hablamos de que el amor matrimonial debe ser fructífero no sólo nos referimos a que debe estar abierto a la posibilidad de dar la vida. El amor es fecundo o sea es dador de vida en todos los aspectos de la palabra.

Dar la vida es preocuparse por aquello que la pareja necesita; es apoyarla para que realice sus sueños, y darle espacios para qué se exprese y sea ella misma. Cuando una persona es en cambio “absorbente” no deja a la otra crecer y desarrollarse. Dar vida al otro es tratar a la pareja con cariño; es evitar aquellas cosas que sabemos que van a molestar, que pueden humillar o reducir la autoestima del otro, o que son de mal gusto. Damos la vida cuando controlamos la lengua al expresar nuestras frustraciones o nuestra rabia o enojo..

Quienes están abiertos a la vida, aprenden también a perdonar y a buscar la reconciliación. Perdonar y reconciliarse no son lo mismo. Para perdonar sólo se necesita de una persona pues perdonar es la decisión, que una persona toma, de liberarse del resentimiento o rencor que un hecho le causó. No se trata de olvidar, ya que esto es prácticamente imposible, y recordar es necesario para aprender. Se trata más bien de aceptar que el otro se equivocó y no amargarse por eso.

La reconciliación por su cuenta es tratar de rehacer la relación después de haber perdonado. Pero para esto se requiere que la persona que ofendió desee el perdón, lo pida y ofrezca modificar la conducta que le llevó a ofender.

En el matrimonio va a haber muchas oportunidades para perdonar, pedir perdón y reconciliarse. Cuando hay amor el ejercicio del perdón y la reconciliación van a ayudar a fortalecer la relación matrimonial. Cuando el perdón no se da la reconciliación es imposible y el matrimonio queda lastimado con huellas que van destruyendo la relación.

El amor es fiel 

La fidelidad siempre ha sido un reto para las parejas. No me refiero solo al hecho de entregarse corporalmente sólo a la persona a quien hemos prometido un amor exclusivo de pareja. Hay quienes destruyen su relación de pareja al caer esclavos de la pornografía. Otras personas le dedican más tiempo al juego o a la botella, o a las amistades que a su pareja.

La fidelidad requiere la vida de pareja sea una prioridad para cada uno. No hay que dejar que el trabajo, o las amistades ocupen la mayor parte de su tiempo. En ocasiones las mujeres se refugian en las obligaciones del hogar y en el cuidado de sus hijos y ponen a su esposo en un lugar dentro de su corazón que no es el que le corresponde. La fidelidad requiere el poner en perspectiva la vida, los sentimientos y acciones. Es aconsejable que las parejas procuren tener proyectos en común, donde ambos tengan la oportunidad de desarrollar sus habilidades

divertirse, gozar de la compañía del otro o simplemente pasar tiempo junto. No hay que olvidar que el proyecto más grande que quizá tengan en común sea el cuidado y educación de sus hijos. Esta labor sin duda va a requerir de una entrega amorosa de sí mismos.

El amor es total 

Se ama enteramente o no se ama. Pero, antes de mirar cuánto amor recibe, es conveniente que evalúe la calidad del amor que usted da. Comúnmente se dice que nadie puede dar lo que no ha recibido. Sin embargo cuándo hablamos de amor, todos podemos aprender a entregarnos más con forme aprendemos a amar como Dios nos ama.

¿Cuándo fue la última vez que le expresó su amor a su pareja? No deje para después lo que puede hacer ahora. Escríbale una carta de amor a su pareja, dígale lo que significa para usted el tenerle en su vida. Haga una cita con su pareja. A pesar de las dificultades, el amor es siempre posible, y así como algunas cosas pueden haber cambiado para mal, también pueden cambiar de nuevo para bien. Mucho está en sus manos!

Aproveche cada oportunidad que tenga para AMAR y vivir su amor hasta que la muerte les separe.

Biblia — 1 Corintios 13
Nada mas perfecto que el amor

1.- Si yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, y me faltara el amor , no seria mas que bronce que resuena y campana que toca.

2.- Si yo tuviera el don de profecía, conociendo las cosas secretas, con todas las clases de conocimientos, y tuviera tanta fe como para trasladar los montes, pero me faltara el amor, nada soy.

3.- Si reparto todo lo que poseo a los pobres y si entrego hasta mi propio cuerpo, pero no por amor, sino para recibir alabanzas, de nada me sirve.

4.- El amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante.

5.- No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se dejara llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona.

6.- Nunca se alegra de algo injusto y siempre le agrada la verdad.

7.- El amor disculpa todo, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. 

8.- El amor nunca pasara, Pasaran las profecías, callaran las lenguas y se perderá el conocimiento. Porque el conocimiento igual que las profecías, no son cosas acabadas.

10.- Y, cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.

 

Tu matrimonio es la empresa más importante de tu vida.

Es el lugar donde puedes no sólo realizar tu vocación al amor y al servicio, al tiempo que creces y permites crecer a tu pareja, sino también el espacio donde el amor puede abrirse al milagro de una nueva vida.

Dicho de otra forma, tu matrimonio puede llegar a ser el ambiente de compañía, de confianza, de unidad, de solidaridad y de reto a la trascendencia que una vez Dios diseñó para ti cuando te creó y te dio la posibilidad de entregarte hasta “ser una sola carne” con tu cónyuge”. Tu matrimonio es también el inicio de una vida familiar propia de la cual deben salir personas sanas, alegres y capaces de amarse y amar a los demás.

De esta manera el amor se vuelve compromiso y el compromiso se vuelve el mejor gesto de amor que podemos ofrecerle a quien amamos. Con él le aseguramos que no estamos jugando; que puede entregarse confiado (a) pues aún cuando nos sintamos flaquear en nuestra capacidad de cumplir nuestras promesas, Dios mismo saldrá en nuestro auxilio y nos ayudará a ser fieles y coherentes con el amor prometido.

Evaluación de la relación 

Evaluar la relación antes y después del matrimonio, no es poner en duda el amor, es más bien notar aquello en lo cual se puede o debe mejorar. 

Durante la etapa del noviazgo y la vida matrimonial la pareja se va descubriendo a sí misma. En el día a día de su convivencia los novios y esposos aprenden a acoplarse el uno al otro y también encuentran la manera de pulir asperezas. Juntos van escogiendo los valores que van a abrazar y deciden cómo los van a vivir.

Importancia de evaluar la relación: 

Toda pareja experimenta etapas en el matrimonio en que está más o menos satisfecho con su relación. Con todo, es importante que, con cierta frecuencia dedique tiempo para evaluar su relación y se ponga de acuerdo en el tipo de ajustes que deberán hacer para que su relación sea más satisfactoria y feliz.

Con mucha frecuencia, creyendo evitar con eso conflictos, las parejas cometen el error de callar sus insatisfacciones. De esta forma los problemas pueden crecer o se va creando el clima de insatisfacción que va dañando la relación poco a poco.

En una relación de adultos, donde cada uno se ve de igual a igual, es importante que haya un ambiente de confianza donde se puedan expresar sus necesidades sin temor a que la otra persona se moleste o no desee escuchar.

Para evaluar la relación se utiliza los inventarios Pre Matrimoniales o Matrimoniales.